La T.A.R.D.I.S. viajaba en el espacio-tiempo. Miles de galaxias se vislumbraban a través de los cristales. Dentro, Teillard ponía la pava para el té. Porquiño estaba al calor de la estufa a leña, recién comprada en el planeta Omicron-Persei 46, famoso por sus estufas.
Timbre.
- Raro – dijo Teillard. - ...¿visitas?
- Raro – dijo Teillard. - ...¿visitas?
Abrió la puerta. Aviva. Increíble.
- Es increíble que seas mas rara
que yo
- No juegues conmigo
- Estás en el umbral de mi TARDIS
- Estoy en un fumadero de opio, El Cairo, 1788.
- No me contradigas
- Hice algo estúpido
- No, no había forma
- Eso es té de vainilla...
- Lo amo
- Mucho mejor que el opio
- Está bien. Pasa.
Por supuesto, las charlas entre los
magos, a veces, suelen ser así.
El tiempo se mueve raro en esta
narración, pero podríamos decir que unas horas luego, la
situación, era diferente. El té se estaba acabando, y ambas
intentaban entender lo sucedido.
- No sé... Dragón siempre funciona. Tal vez el horario... la situación no ayuda, mucha magia alrededor... y tus compañeros – bufido – ¿siempre te empecinas a ir con ellos?
- Ya no. No sabría encontrarlos. - puso los ojos en blanco – El plan, era simple. Un ritual para sacarlos del plano. Aparecer en El Cairo, 1788. Tengo asuntos urgentes que hacer acá. Ahora. Los... necesitaba, ...creo que los voy a extrañar. ¿Porqué no aparecieron?
- Las almas terminan eligiendo el plano. Magia intuitiva. Están ligadas al plano, a algún plano, y eso hace fallar el catalizador. También eso fritó tus objetos.
- Oh... sentía algo raro en mí, pensé que era el ritual.
- Y en cierta manera lo fué.
La historia de las personas que alguna
vez acompañaron/acompañarán a Aviva en sus aventuras es
interesante. Larga. Narrativamente emocionante. Por eso mismo no
aparece escrita acá. Los Cuerpos Dispersos encontraron los mas
disímiles lugares de aterrizaje. Posiblemente volvieron a sus vidas.
No recordarán como se hicieron esa herida. Mal sueño. Recurso bajo
del Creador. Acá no ha pasado nada. El Universo es nuevamente de
papel maché. Una burda imitación creemos, pero es un Universo
tangible, real, nuestro. Sólo es predecible. Tan obvio que molesta.
Clichés de viajes en el tiempo. Se hacen un desayuno y siguen con
sus vidas pensando en que están algo cambiados. No había otro
Universo, quedó este.