Veo un pibe con cara de perdido, funda de guitarra al hombro y bici. Me encara. Cara de boludo mal.
Lo primero que pienso es que está perdido y me viene a preguntar una calle o dónde está algo. Error mio, en City Bell no se pierde nadie, son 15 cuadras por 4.
- ¿Puedo hablar con vos un minuto?
(Whaaaat thee fuck!) - Mmmmm, sí (Estaba esperando 20 min ahí clavado igual)
- Mirá... no te vengo a hablar de Religión (Noooooooooo), sino de Jesús (Digan lo que digan, yo siempre escucho Jebús). No reunimos en Cantilo, entre 1 y 2, todos los jueves a las 20 (De paso le hago chivo) en la Iglesia (O dijo Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo?).
- ...
- Te quiero decir que a mi Jesús me cambió la vida y lo único que tenés que hacer es creer en él. (Loco, yo creo en los gatos y no te invito al cabaret)
- Ah, dale - dice el ent, porque lo agarraron dormido, sin desayunar y por ende, demasiado bueno - Dale, gracias, cuando pueda paso (?) (Oh, no, acabo de mentir, me voy a tener que confesar con el Padre Grassi)
El pibe pareciera que me cree o está acostumbrado que le digan cualquiera. Me saluda, todo contento él, y se va caminando.
A media cuadra agarra a otro gil que lo mira con cara de WTF.
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